Como ocurrió el pasado 2017, los creadores del Circo de Hielo han dado vida a la magia durante las Navidades y este año han querido alargarlo un poco más para que todos aquellos que aún no lo han visto puedan disfrutarlo también.
“Aquellos que creen en la magia siempre la encuentran”, así comienza esta gran historia. Con un árbol parlante como narrador de todo el cuento, seremos partícipes de cómo la magia se ha ido abriendo paso a lo largo de los años, creando criaturas tan fantásticas como hadas, centauros o unicornios.

Encarnando a estos personajes ficticios, nos encontramos a todo un elenco de acróbatas y artistas, sacados de todos los rincones del mundo. Desde trapecistas a contorsionistas, malabaristas y magos, pasando por acrobacias aéreas y el particular toque humorístico que todo circo que se precie ha de tener. 

Con la colaboración de la revista “Hola”, el patrocinio de “OpenBank” y producido por “Productores de Sonrisas”, el espectáculo promete(y cumple) un rato de lo más entretenido, didáctico y familiar.
Una biblioteca con libros como peldaños, la Luna llena alumbrando la escena y el gran árbol mágico componen la decoración del circo. No obstante, durante el espectáculo, va cambiando en función de las necesidades del número a realizar. De esta forma nos encontraremos en la pista central con trampolines, plataformas, mesas, telas colgantes…

Si me preguntan por lo que más me impresionó, sin duda fue el número de acrobacias aéreas. Especial y mágico; los pelos de punta me dejó, además de la boca abierta. 

Para tener más información sobre el Circo Mágico y poder comprar las entradas podéis entrar en su página web oficial y acceder a la compra desde allí. 

PD: Recomiendo ir con tiempo ya que los primeros en entrar a la carpa, obtendrán los mejores asientos, centrados y a un buena altura para disfrutar del espectáculo en todo su esplendor. 

¡Os sorprenderá!